martes, 30 de mayo de 2017

JULIÁN RÍOS LO HA INVENTADO

Y con el siguiente héroe de la jornada me pongo al día con las noticias positivas, ¡hasta mañana!:

Un sostén que detecta el cáncer de mama

Los jóvenes adolescentes tienen, en la mayoría de los casos, la prioridad e ir a la escuela y estudiar para graduarse y finalmente dedicarse a lo que les gusta. Pero en su tiempo libre, tan solo unos pocos se dedican a aprender, crear y desarrollar las ideas que van teniendo, como es el caso de Julián Ríos, que ya ha cumplido su mayoría de edad.

Julián es un joven mexicano y su adolescencia no ha sido solo ir a la escuela y pasar el tiempo libre con sus amigos. Desde que a los 13 años de edad se enteró de la fuerte noticia del cáncer de su madre, su mentalidad cambió por completo, hasta aquí, un comportamiento normal. La enfermedad de su madre, Graciela, le ha hecho consciente de los fuertes síntomas que sufre el paciente y la gravedad de la enfermedad. Su madre, vivió la enfermedad dos veces durante la adolescencia del joven, algo que le marcó en su vida, pero también le inspiró a luchar y a hacer algo bueno por la humanidad.

Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en España se diagnostican aproximadamente 25.000 nuevos tumores de mama, siendo la cantidad mundial aún más grande.

Tras haberlo visto y vivido tan de cerca, Julián, a sus 18 años de edad, ha decidido ayudar a todas las mujeres que padecen la enfermedad con su curioso invento: un sujetador que puede detectar el cáncer de mama.

Julián no lo hizo solo, aunque tuvo la inspiración para esta idea. Junto a tres de sus compañeros, Jose Ángel Lavariega, Jose Antonio Torres y Andrés Muriel, fundaron un equipo con el nombre de Higia Technologies para el desarrollo de éste proyecto.

La palabra ‘Higia’ procede del griego, ‘Hygieia’ el nombre del dios de la medicina en la mitología griega, Asclepius y su esposa Epione. ‘Higia’ era la personificación de la salud, prevención e higiene, una figura inspiradora cuyo nombre han elegido estos jóvenes mexicanos para su proyecto contra el cáncer de mama.

Volviendo al proyecto del sostén ‘autoexplorador’, funciona de una manera bastante sencilla y tecnológica: la textura del producto contiene biosensores que detectan la temperatura y puede cambiar de color alertando a la paciente de una alteración en sus mamas. El sujetador no tiene ningún aviso físico, pero se puede comprobar el estado actual conectándose a una aplicación móvil. Los datos se van almacenando en el dispositivo tecnológico y pueden ayudar a conocer el estado físico de sus usuarios, alertando de cualquier irregularidad con el tiempo suficiente para prevenir el cáncer.

“Cuando hay un tumor en el pecho hay más sangre y más calor, por lo que hay cambios en la temperatura y en la textura” explica el joven inventor.

El milagroso sujetador, conocido como ‘EVA’, aún no está a la venta, pero su proyecto sigue en marcha desarrollando y perfeccionando la actividad para poder entrar en el mercado lo más pronto posible, probablemente el próximo invierno.

Este pequeño invento podría salvar miles de vidas de todas las mujeres que luchan contra el cáncer de mama en el mundo, uno de los más frecuentes en la mujer, pero a la vez uno de los más tratados y más investigados que no para de encontrar nuevas soluciones.


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